Hace 60 años, el 22 de febrero de 1962, caía abatido por un infarto agudo de miocardio en pleno acto de campaña en la ciudad de Berisso el dirigente radical y candidato a gobernador Crisólogo Larralde. Hijo de madre emigrante que trabajó como sirvienta y de padre carrero, conocía las privaciones de los humildes en el país. Se había iniciado muy joven en las lides políticas, una conversación personal con Hipólito Yrigoyen lo había cautivado.

Luego del golpe de Estado de 1930, Larralde sufrió la exoneración de un empleo público, la cárcel y la persecución en el contexto del fraude electoral de los conservadores. Pero nunca se desanimó. Al contrario, la adversidad tonificó su espíritu, fue organizador de movimientos juveniles y renovadores en la UCR.

En unas elecciones con fraude resultó electo senador provincial y por dignidad renunció a la banca. Nunca fue legislador nacional, ocupó cargos partidarios por su capacidad organizativa y concitaba la unidad de sus correligionarios, que lo eligieron para ser candidato en elecciones dominadas por el peronismo (a vicegobernador bonaerense, gobernador y hasta vicepresidente), en las que siempre cayó derrotado con la dignidad intacta, defendiendo principios democráticos sin cuestionar conquistas sociales.

Nunca fue antiperonista, pero denunciaba sus abusos autoritarios. En la Constitución Nacional, el artículo 14 bis es su obra e inspiración. Personalmente garantizó como presidente del Comité Nacional de la UCRP el partido con más bancas en la Constituyente de 1957 que se incluyera esa norma que es ejemplo del constitucionalismo social.

La norma, además de consagrar el derecho de huelga entre otras garantías al trabajador y a los gremios, afirma que "las leyes garantizarán al trabajador: participación en las ganancias de las empresas, con control de la producción y colaboración en la dirección".

En la Argentina de aquella época no fue sencillo imponer la vigencia constitucional de un derecho de tanta trascendencia en orden a una auténtica y progresiva igualdad en la distribución de la riqueza. Muchas fuerzas sociales y económicas se opusieron con tenacidad.

Fue la determinación de Crisólogo Larralde que, sin ser convencional, se ubicó en una banca del fondo del Paraninfo de la Universidad del Litoral donde sesionaba la Constituyente, y de los convencionales radicales que dieron el quórum y la votaron la que hizo realidad el artículo 14 bis.

Larralde, sostenía que "el triunfo definitivo es la supresión del régimen del asalariado. Que el obrero sea socio del capital, no sirviente. Mi partido está en la obligación de convertir el artículo 14 bis en un cuerpo de leyes, pues no puede tolerarse que se haya sostenido el conjunto de sus afirmaciones progresistas como mera expresión de propaganda electoral". Todo un programa progresista.

Larralde murió tempranamente a los 60 años, y lo hizo en su ley, hablando a los trabajadores de los frigoríficos de Berisso.

Diego Barovero es historiador. Presidente del Instituto Nacional Yrigoyeneano.