Desde hace un tiempo la IA (inteligencia artificial) convive con nosotros. Sin embargo, la mencionamos como algo lejano, algo apocalíptico que está por venir con toda su fuerza para hacer desaparecer la inteligencia humana. Pero hay miradas menos aterradoras y más prácticas sobre la aplicación de la IA a nuestras vidas. El Ingeniero en Sistemas Emmanuel Iarussi despejó algunas dudas sobre ella y contó en que trabaja actualmente en esa rama de la ciencia informática.

El trabajo actual

Emmanuel Iarussi egresó en nuestra ciudad en la Instituto Pedro Díaz Pumará y se graduó en el año 2012 como Ingeniero de Sistemas en la UNICEN en Tandil. Es Informático en CONICET y Profesor Asistente en la Universidad Torcuato Di Tella, Argentina. Obtuvo su doctorado en el grupo GRAPHDECO, INRIA Sophia Antipolis, Francia. Sus intereses de investigación se centran en el desarrollo de herramientas de IA para la manipulación de contenido 2D y 3D.

Sobre su trabajo actual Emmanuel Iarussi comentó que está en el Laboratorio de Inteligencia Artificial de la Universidad Torcuato Di Tella. "Manejamos varias líneas de investigación que a su vez tienen proyectos asociados, becarios, etc. En este momento estoy con dos líneas que me interesan puntualmente y todas tienen que ver con lo visual y el mundo de las imágenes que es lo que me gusta" y agregó que "por un lado están los proyectos de aplicación de IA a algunas tareas en medicina. Por ejemplo, tenemos un proyecto en conjunto con Exactas-UBA y el Hospital Rivadavia en Buenos Aires financiado por CLIAS (Centro de Inteligencia Artificial y Salud para América Latina y el Caribe) para automatizar la detección de carcinomas en las muestras de papanicolau" y explicó que "en general es una tarea bastante manual y tediosa en el microscopio, que insume tiempo a expertos y que se puede ver muy beneficiada por el tipo de automatización que facilita la IA. En la misma línea de aplicaciones en medicina tenemos también proyectos con el FLENI para encontrar marcadores tempranos de Alzheimer y Parkinson usando imágenes de tomografías por emisión de positrones (PET) y algoritmos de IA que procesan estas imágenes".

En relación con su área de docencia "estamos trabajando en proyectos que giran alrededor de lo visual, pero desde lados más técnicos y/o creativos. Por ejemplo, estamos desarrollando una aplicación basada en IA que ayuda a revisar y mejorar cómo diseñamos visualizaciones de datos. La idea es que personas que necesitan contar historias con datos -como periodistas, científicos o analistas- puedan recibir feedback automático para que sus gráficos sean más claros y efectivos. Para esto ganamos hace poco un financiamiento bastante grande de la Sloan Foundation, lo que nos va a permitir desarrollar a lo largo del 2025. Otro proyecto en el que estamos avanzando tiene que ver con cómo representamos objetos tridimensionales en la computadora. Hoy en día el contenido 3D suele estar compuesto por millones de puntos o polígonos, que a veces ocupan mucho espacio en disco y son difíciles de manejar. Nosotros estamos explorando nuevas maneras de almacenar esos datos de forma más compacta, utilizando inteligencia artificial para que redes neuronales artificiales infieran "fórmulas matemáticas" que describen los objetos completos. Esto nos permite reducir el tamaño de los archivos (ya que solo hay que guardar una fórmula que describe el objeto) y abre posibilidades para aplicaciones en muchas áreas como los videojuegos, el diseño industrial o la arquitectura".

LA IA

Al preguntarle cómo definiría la IA señaló que "la verdad es que es muy amplio el espectro de cosas que caen en esta bolsa. Pero resumiendo diría que la inteligencia artificial es un conjunto de algoritmos y técnicas para aprender, razonar y tomar decisiones simulando habilidades humanas, utilizando computadoras. La gran diferencia con otras formas de resolver problemas con una computadora es que, en lugar de programar cada paso de manera explícita, la inteligencia artificial "descubre" esos pasos a partir de los datos relacionados con el problema" y agregó que "es un poco como si, en vez de escribir una receta para hacer un bizcochuelo, le mostráramos a un programa los ingredientes y el producto final, y este pudiera inferir por sí mismo el paso a paso necesario para llegar al resultado".

Al consultarle dónde estamos parados hoy en IA y que se espera para los próximos años manifestó que "es una época en la que es muy difícil pensarnos sin dispositivos tecnológicos, sin internet que nos conecte. En lo personal, creo que es un gran momento para hacer computación.

Hay una explosión de técnicas, problemas y oportunidades que le da mucho dinamismo al área. Si las computadoras nacieron en los 40s, podríamos decir que ahora estamos dejando el chupete.

Por otra parte indicó que "a nivel país creo que hay una oportunidad muy grande si se invierte en el área, sobre todo en educación. Por eso veo con preocupación el enfrentamiento entre el gobierno y las universidades. Tenemos un sistema universitario de excelencia, donde muchos de los desafíos están relacionados con el financiamiento. En lugar de recortar recursos, es crucial sumarlo en todo el sistema. En Argentina contamos con una ley de Financiamiento del Sistema Nacional de Ciencia, (27.614) que no se está cumpliendo".

¿Hay resistencia desde los distintos ámbitos profesionales a la irrupción de la IA en sus tareas?

Supongo que esto habría que discutirlo área por área. Por ejemplo, si le preguntas a los diseñadores gráficos, es probable que algunos vean la inteligencia artificial como una amenaza que automatiza parte de sus tareas creativas, mientras que otros la perciban como una oportunidad para expandir sus posibilidades, innovar en sus técnicas o realizar más trabajo en menos tiempo. Si preguntás en una carpintería probablemente ni les importe.

Y agregó: "no soy un experto en trabajo, hay gente mucho más calificada que yo para hablar de estos temas. Lo que sí estoy empezando a escuchar de boca de los expertos es que si bien al principio hubo una percepción generalizada de amenaza y temor por un reemplazo masivo de trabajadores, con el tiempo esto ha dado paso a un cierto escepticismo. En muchos sectores, no se está viendo la sustitución acelerada que se pronosticó inicialmente, al menos no en la escala ni con la rapidez anticipada".

Debates

Al consultarle sobre qué se discute hoy éticamente en los ámbitos de la tecnología cree que "hay tres ejes principales en el foco de la discusión. Por un lado, el uso responsable de los datos, especialmente en lo que respecta a la privacidad y la protección frente al mal uso de información personal. Como dije en otra respuesta más arriba, estos algoritmos aprenden de los datos y es importante poder saber si nuestros datos fueron utilizados para entrenar alguna IA. También está el impacto laboral de esta automatización, con el desafío de equilibrar el avance tecnológico con la preservación de empleos. Y también está el debate sobre la discriminación algorítmica y cómo garantizar que los sistemas de inteligencia artificial no perpetúen ni amplifiquen sesgos existentes".

¿Qué buscas vos desde tu profesión y desde la IA?

Divertirme y también generar impacto.

Lo primero creo que lo logro siempre; nadie puede trabajar en ciencia si no se entusiasma con los problemas. Es un trabajo en el que la gran mayoría de las cosas que haces salen mal, o no salen como lo esperabas. Si bien siempre se cuentan los logros, el lado B de la ciencia puede ser bastante desalentador. Tiene muy pocos incentivos de corto plazo. Es una de las cosas más duras de aprender en los primeros años. Lo segundo es más complicado, porque generar impacto requiere tiempo, recursos, colaboración internacional y la capacidad de trasladar lo que hacemos por fuera del laboratorio. Algunos de los proyectos que hacemos tienen todos esos condimentos y la verdad es que, a pesar de las dificultades que siempre surgen, es muy gratificante llevarlos a cabo.

Imaginación y realidad

Hace algunos miles de años las mitologías proponían seres mitad ser humano y mitad animales. Así surgieron relatos con minotauros, centauros, sirenas que poblaron la literatura y la imaginación del hombre para creer verlo en la realidad. No muy lejano a eso la literatura de ciencia ficción impulsó durante el siglo XX y parte de lo que va del XXI seres compuesto por partes orgánicas y dispositivos cibernéticos, los denominados por la literatura y el cine como CYBORG. Sobre esa posibilidad Emmanuel Iarussi dijo que "es un área que cambia muy rápido. Si preguntabas por la IA hace 10 años te iban a decir que era un nicho de investigación. Muchas cosas pueden ser, y en tecnología es muy difícil anticiparlas. Por ejemplo, hay un físico, Wilhelm Röntgen, que en 1895 estaba experimentando con rayos catódicos sin ningún objetivo particular. En un momento vio que una pantalla cercana empezó a brillar sin estar en contacto directo con los rayos. Sin saberlo había descubierto los rayos X, que podían atravesar materiales y mostrar estructuras internas. Al poco tiempo le dieron el Nobel y hoy en el mundo se hacen miles de millones de radiografías por año" y puntualizó "hay un factor impredecible en la tecnología que es fascinante porque el mundo puede cambiar a la vuelta de la esquina. El final es abierto".